María, María...

Inmaculada falsificación

Sources:
Graham Phillips, The Marian Conspiracy (Sidgwick & Jackson, 2000)
Marina Warner, Alone of All Her Sex (Picador, 1976)
John Shelby Spong, Liberating the Gospels (Harper, 1996)
John Shelby Spong, Born of a Woman (Harper, 1992)
Robin Lane Fox, The Unauthorized Version (Penguin, 1991)
Leslie Houlden (Ed.), Judaism & Christianity (Routledge, 1988)
W.H.C. Frend, The Rise of Christianity (Darton, Longman & Todd, 1984)
Riane Eisle, The Chalice & the Blade (Harper Collins, 1987)
Ruth Harris, Lourdes: Body & Spirit in the Secular Age (Allen Lane, 19990
Roy A. Varghese, God Sent - A History of the Accredited Apparitions of Mary (Crossroad, 2000)
La Biblia, Versión Reina-Valera, 1909

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Kenneth Humphreys
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10.04.07

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Vesta – Protectora de Roma

'Como la antigua, eterna Guardiana de Roma y sus gobernantes, Vesta recibió en esos peligrosos tiempos más veneración y devoción que nunca.'

Michael Grant
(The Climax of Rome, p168)

 

 

 

 

 

¿Sería aquí? (Leyenda Griega)


Pozo de María, Nazaret.

¿O fue aquí? (Leyenda Católica)
 
Gruta de María, Nazaret


¡Vaya confusión sobre el lugar donde el ángel Gabriel anunció el divino embarazo!

 

 

 

 

 

Isis Madre de Dios

Isis con niño – Prototipo de 'Madre de Dios'

 

 

 

 

Madre e hijo, al estilo romano

Magna Mater (Cibeles, Gran Madre) con el niño Attis (Ostia, Roma).

Attis se castró a sí mismo, se desangró hasta morir, y, después de tres días, fue vuelto a la vida como un árbol. Por esta razón tenía lugar un festival a la fertilidad en primavera.

¿Suena conocido?

 

 

'Madona con el niño' Copta, de Fayum, Egipto.

¡Isis se volvió cristiana!

 

 

 

 

 

Reina Virgen

''En relidad, fue hasta después de la segunda guerra mundial que el culto de la Virgen alcanzó su máximo apogeo.

En 1950 la asunción de María en cuerpo y alma se convirtió en dogma; en 1945 Pío XII la procamó Reina; mientras que en 1964 – después del inicio del Concilio Vaticano II – se convirtió en Mater Ecclesiae (Madre de la iglesia) ...

Estas cosas dicen mucho acerca del rol de la mujer en una cultura patriarcal."

– D. Hampson (After Christianity, p175/6)

 

 

 

 

 

 

 

"Nuestra Señora de Guadalupe"



¡Qué Mujer! María convenientemente apareció en 1531 para ayudar a los conquistadores asesinos.

"Se le apareció a Juan Diego cuando era evidente que la Iglesia tenía muy pocos avances con los nativos del Nuevo Mundo”

– Roy A. Varghese (God Sent, p44)

Una aparición a tiempo – Y una buena medida de terrorismo y violencia – aseguró la conversión de ocho millones de aztecas.

 
 

 

Una María gigante se eleva sobre un Cristo.


(Imagen peruana del S. XVII)

 

 

 

 

 

 

“Nuestra Señora de Fátima”

¡Qué mujer! Mientras los antiguos imperios europeos se colapsaban y la revolución sacudía a Rusia, 'María' apareció en Portugal e hizo dar vueltas, en el cielo, al sol.

 
 
 

 

Ave María!

El "Saludo del Ángel" (el "Ave Maria" u oración a María) se popularizó por primera vez durante el S. XII.

Monjas marchando tras Nazis Croatas (¿Inspiradas por María?)

 

 

 

 

*Canción de Ana

" Y Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi cuerno es ensalzado en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salud. No hay santo como Jehová...

Los arcos de los fuertes fueron quebrados, Y los flacos se ciñeron de fortaleza. Los hartos se alquilaron por pan: Y cesaron los hambrientos: Hasta parir siete la estéril, Y la que tenía muchos hijos enfermó...

Jehová empobrece, y él enriquece: Abate, y ensalza. Él levanta del polvo al pobre, Y al menesteroso ensalza del estiércol...

Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios..."

(fragmento de 1 Samuel 2,1-10)

 

 

 

 

¡Santa Cacería!

 

De Mera Sombra a Reina del Cielo

¿Quién?

Puede que las escrituras tengan muy poco qué decir sobre Jesús, y aún tienen menos qué decir sobre su supuesta madre. Para los primeros cristianos 'María Madre de Dios' casi no existía: No tenían interés en saber del nacimiento de su dios-hombre – su renacimiento después de la muerte era lo importante. Pablo no menciona a María (o a José) en absoluto, y en los evangelios, la oscura figura de María, destinada a convertirse en la más notable entre los santos y la Reina del Cielo, cuando mucho se le menciona como un personaje sin importancia.

En el espectáculo evangélico, 'María' aparece en varios escenarios. En todos ellos ella es un personaje pasivo, habitualmente aparece al fondo y virtualmente no tiene voz (habla sólo en tres ocasiones, dos veces en una sola oración). Ella jamás es descrita (pero bueno, ¡Tampoco ninguno de los otros personajes del evangelio!); ni sabemos cuál era su edad. Principalmente, los roles que ella juega son de 'testigo'. En el evangelio no encontramos nada acerca de sus orígenes, salvo por su relación familiar con su prima Isabel, y su compromiso con José. Ella aparece en escena por primera vez en la llamada 'Anunciación' (¿En el pozo?) cuando un ángel le señala cuál puede ser su destino. Así, sin más, ella acepta el rol 'bendito' que le ha sido revelado (Lc 1,38) y se encamina presurosa a pasar tres meses en la montaña con la embarazada Isa (ella, la que sería madre de Juan el Bautista). Ahí, en su escena más larga, María nos proporciona su único gran discurso (¡Vaya aportación a este momento tan apantallante!) - el llamado 'Magníficat':

Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor;
Y mi espíritu se alegró en Dios mi Salvador,
Porque ha mirado a la bajeza de su criada;
Porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso;
Y santo es su nombre.
Y su misericordia de generación a generación a los que le temen.
Hizo valentía con su brazo:
Esparció los soberbios del pensamiento de su corazón.
Quitó los poderosos de los tronos, Y levantó a los humildes.
A los hambrientos hinchó de bienes;
Y a los ricos envió vacíos.
Recibió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia.
Como habló a nuestros padres, a Abraham y a su simiente para siempre.
(Lucas 1, 46-55)

¡Sólo Dios sabe quién más estaría en el cuarto (¿O cueva?) para registrar todo esto! Tal vez ella escribió sus memorias. (La verdad, esta pieza es una adaptación bastante obvia de la canción de Ana en 1 Samuel 2). Pero después de este soliloquio María no tienen nada más que decir de su parte. Ella atestigua las visitas de pastores y hombres sabios y 'lo guarda en su corazón' (Lucas 2,16); ella es llevada a Egipto (Mateo 2, 13-18) y traída de regreso a Galilea; ella se sorprende al ver a su hijo de doce años afirmar que es el Mesías (Lucas 2, 48-52); ella atestigua que el agua se convierte en vino (Juan 2, 1-12); ella es rechazada por su superestrella (Lucas 8, 19-21); ella atestigua su crucifixión (Juan 19, 25-27); y ella espera por el Espíritu Santo (Hechos 1,14). Su destino final no es revelado y no se le concede crédito alguno en la creación de la Iglesia Cristiana.

 

Modelo Pagano

Aún sobre este vago esbozo un personaje estaba por ser encarnado a la brevedad por los 'creativos' escribas cristianos. Los dioses paganos, con cierta frecuencia, eran hijos de diosas vírgenes – tan posible como obtener un embarazo por un rayo de sol. El dios-sol resultante era pintado como un infante alimentándose del seno de su madre, - ¡La 'Madona con el niño', nadie menos! Dicha iconografía puede ser encontrada desde Egipto hasta China. La diosa virgen romana, Vesta, era servida por mujeres que mantenía la llama perpetua y su propia castidad por treinta años.

La 'María' de los cristianos superó considerablemente este logro por su doble condición de ser Madre de Dios y por mantener su virginidad por dos milenios. Pero sólo tomó pocos siglos de relatos creativos para fusionar toda la parafernalia de los mitos paganos en uno solo.

Así como un eco retrasado de la biografía inventada del ilustre superhéroe, la biografía de María floreció a través de los siglos. Algunos de los primeros escritores cristianos como Justino e Irineo, elevaron a María como 'una segunda Eva', su 'obediencia' revirtiendo el efecto del pecado de la habitante original del jardín del Edén.

Justino 'Mártir', un griego de Palestina que había huído a Éfeso en los tiempos de la revuelta de Bar Kochbar, adoptó el Cristianismo primigenio que descubrió en la ciudad con alegría. Pero el entusisasmo de Justino fue resultado de su anterior familiaridad con los clásicos griegos. En su ciudad adoptiva había tenido lugar el culto de la diosa de la luna Artemisa (o Diana, como era llamada por los romanos), la eterna virgen protectora de la juventud, castidad y fertilidad durante un milenio. En el proceso la ciudad se había convertido en un rico lugar de peregrinación – Los primeros banqueros del mundo habían sido los sacerdotes de Artemisa.

 

Se convierte en Virgen

Justino se puso a la tarea de fundir su Cristianismo con elementos del clulto rival. A pesar de la oposición de Cristianos 'establecidos', Justino adornó insistentemente la débil historia bíblica de María con la idea de que ella había permanecido vírgen durante el parto. Esta creencia, como admitió él mismo, estaba basada únicamente en 'predicciones ya dadas por profetas benditos', dicho de otro modo, basándose en una notoriamente mala traducción de Isaías 7,14 (en la cual 'virgen' se usa en lugar de 'joven mujer'; ver: “Lying for God – Virgin Birth Fraud”) que se encuentra en la Septuaginta. En un contexto en el cual el recientemente fundado Cristianismo estaba compitiendo con una fe mucho más antigua, no es sorpresivo que los seguidores de Cristo eventualmente hayan optado por atribuirle que nació de una Virgen. Esta llegada 'milagrosa' proveyó una útil refutación a críticos iniciales de los Cristianos, quienes sugerían que en caso de que la figura de Jesús hubiera existido, era de orígenes dudosos.

La siguiente gran contribución a la leyenda de María llegó a mediados del Siglo II, con el llamado 'Protoevangelio de Santiago', un documento tan claramente ficticio que ha sido rechazado aún por la Iglesia Católica desde el Renacimiento.

Sin embargo, esta piadosa tontería sustenta la mayor parte de las creencias actuales que se refieren a la Virgen Bendita, proporcionando tanta información como los nombres de los padres y los abuelos de María, una historia de su niñez prodigiosa (“dejada en el Templo desde los tres años” - ¡Un evento sin precedentes en las costumbres judías!); su prematuro voto de castidad (y sí, ¿Sabía ella lo que le esperaba?); pláticas a diario con ángeles; y un matrimonio 'seguro' en su adolescencia con José, un viudo de edad madura. Con esta adonada 'historia', María comenzó su carrera como mediadora, más accesible que Cristo por su 'humilde' feminidad. Representaciones artísticas de ella comenzaron a proliferar, con notorio parecido a la diosa en quien se basaronArtemisa, ¡La diosa que llevaba más de mil años de éxito en el mercado!

Un siglo después el 'Evangelio de la Natividad de María' (Bueno, nunca tendremos demasiados evangelios, ¿Verdad?) agregó más detalles al contexto. Esta historia de María, nacida de los ancianos Ana y Joaquín no fue más que una re-edición del nacimiento de Samuel, hijo de Ana y Elcana; historia disponible en 1 Samuel. Pero ahora nos enteramos de detalles tan interesantes como de los siete matrimonios de la abuela de María. Seis maridos fueron eliminados por el Señor porque sentían lujuria durante el acto sexual. Afortunadamente el séptimo pudo permanecer inerte durante el pecaminoso acto, o nos hubiéramos visto privados de Ana, María y Jesús.


Permanece Virgen

A pesar de que los evangelios claramente indican que Jesús tuvo cuatro hermanos y dos hermanas, los teólogos de Cristo estaban dispuestos a acordar que la “pureza virginal” de su diosa no debía ser puesta en duda: ella, como tanto insistieron, permaneció virgen durante el proceso completo de parto.

“En el S. IV se reforzó la idea de que el himen de María había permanecido intacto aún durante el nacimiento de Jesús... La virginidad durante el parto de María fue un asunto discutido por los grandes teólogos de ese período.”

– D. Hampson (After Christianity, p189)

Mientras que la doctrina de la 'Virginidad permanente' de María era difundida, también se difundió la confusión sobre los supuestos hermanos de Jesús. Éstos últimos debían ser ajustados con el nuevo dogma, de modo que 'hermanos y hermanas' se convirtieron en 'primos, hermanastros', etc.

El S. IV fue particularmente favorable al creciente culto de María, gracias en gran medida a las actividades de la Emperatriz Elena. Como madre de Constantino, ella probablemente sintió una afinidad particular con la madre original del Señor del Mundo. Elena positivamente inventó la 'Arqueología Eclesiástica' (o al menos, el negocio de crear templos).

A dondequiera que ella fue en 'Tierra Santa' encontró 'evidencia' de Cristo y ordenó la construcción de templos en cada lugar: la cueva de la natividad (o así le dijeron los vecinos), la casa de la última cena (o así le dijeron los vecinos), el jardín de Getsemaní (o así le dijeron...), la colina de la crucifixión, la tumba vacía, la misma cruz, aún ¡El árbol de donde se había cortado la madera para hacerla! Y, seguramente, Elena 'encontró' también el lugar (la cueva) en Nazaret donde el angel Gabriel hizo la 'anunciación' a María. Como todo otro templo a partir de entonces se convirtió en un lugar que recibió el apoyo financiero del imperio además de un redituable lugar de peregrinación. Con el templo vino también un festival en honor a María, la 'Anunciación. (Desafortunadamente para el pueblo de Cafarnaúm – supuesta sede de actividades del ministerio de Jesús – Elena no llegó a encontrarlo y el pueblo se perdió para la historia).

 

Inmaculada Falisificación

En el quinto siglo, el Concilio de Éfeso (431 D.C.) acordó a Maria el 'Theotokos' título ('Madre de Dios').

“La más segura protección contra la herejía Cristológica fue la afirmación y veneración de María como Madre de Dios.”

(Varghese, p43)

En otras palabras, este fue un intento de frenar la continua especulación de qué tan hombre y qué tan dios fue el divino carpintero. El fue Dios, parte de la “Trinidad”, ni más ni menos, y María fue su Madre.



La “Trinidad” corona a María como Reina del Cielo – ¿Cuántos dioses es eso?

Éfeso, por supuesto, había sido ya durante mucho tiempo la casa de la Madre de Dios, a pesar de que durante ese periodo ella había estado contenta con ser llamada Artemisa. Con una cierta dosis de sacrilegio y reconstrucción, el negocio de santidad continuó como siempre.

Los romanos de Bizancio tenía una afición particular por rituales cortesanos y María como Reina, bien equipada con corona y cetro, satisfizo mejor sus apetitos imperiales que una chica campesina. Como el mismo Jesucristo, 'adquirió estatus real' y fue elevada a la santidad. En el S. VI el Concilio de Constatinopla (553 D.C.) respaldó el dogma de la “virginidad perpetua” de María. La “pureza” de la virginidad, parece, es muy cercana a la “pureza” de Dios.

Para el S. VII, escritores creativos ya habían reemplazado el final flojo de la historia de María con algo bastante más satisfactorio. Juan Damasceno (junto con Gregorio de Tours) desarrolló la idea de que el cuerpo físico de María (y no sólo su alma) había sido 'asunta' al Cielo (de nuevo, en paralelo con con la carrera de su ilustre hijo). Juan vivió en Damasco y su inspiración podría provenir de la afirmación del Islam de que Mahoma había 'ascendido al Cielo', supuestamente en el año 620 (Corán, sura 17.1). La doctrina de la Asunción de María fue definida hasta 1950 por el Papa Pío XII.

 

Elevándose y elevándose

En el año 787 prelados y obispos celebraron un nuevo concilio en Nicea. El continuo ascenso de María estaba de nuevo en la agenda. Anteriormente en el mismo siglo, con la insistente presión que venía del Islam, dos emperadores – León II (717-741) y su hijo Constantino V (741-775) – habían declarado ilegal la “idolatría” y su abundancia de “íconos sagrados”. Pero su “iconoclasia” había reducido grandemente el ingreso de cientos de monasterios y templos, y había vuelto a la Iglesia Ortodoxa en contra de la corte imperial. La Emperatriz Irene, actuando como regente para su joven hijo , Constantino VI, hizo más presión religiosa y organizó el séptimo Concilio ecuménico.

El Concilio apoyó enérgicamente la aceptación de íconos, y en particular el culto a María:

“El Señor, los Apóstoles y los Profetas nos han enseñado que debemos venerar en primer lugar a la Santa Madre de Dios, quien está por encima de todos los poderes celestiales. Si alguien no confesara que la Santa, siempre Virgen María, real y verdaderamente Madre de Dios, está por sobre todas las criaturas visibles e invisibles, y no le implora con sincera fe su intercesión, dado el poderoso acceso que ella tiene al Dios nacido de ella, sea él excomulgado”

(Varghese, p16)

Para el S. IX María había ya eclipsado al dios-hombre mismo – y María podía ser cualquier cosa que la jerarquía de la Iglesia quisiera que fuera.

 

Sin pecado

En el primer escrito sobre el nacimiento de María, ella no es más 'inmaculada' que los demás (y todos sabemos que el Pecado Original se hereda durante el acto sexual). Todos los Padres de la Iglesia primitiva acordaron que el único que había nacido sin pecado era Cristo. No cabía duda: María había sido pecadora. Pero, como el vientre de María representaba un hogar temporal para el superhéroe en gestación, un vientre impuro causó dificultades teológicas acerca de la pureza – si, por supuesto, la gente se ponía a pensar sobre tales asuntos.

En el S. VII un Islam emergente – el cual alegremente adoptó al “Profeta Jesús”, María y su virginidad – hizo su propia contribución a la fabulosa leyenda. De acuerdo a la tradición de Mahoma cada niño recién nacido es 'tocado' por Satán. Pero para María y su ilustre hijo, Dios interpuso un velo protector. Esta noción de que María (y no solo Jesús) nació sin pecado se filtró en el Catolicismo. Edward Gibbon escribió:

“La iglesia Latina no descartó tomar prestado del Corán la inmaculada concepción de su Madre Virgen. Esto está indicado vagamente en el Corán, y más claramente en la tradición de los Sunitas. En el siglo XII la inmaculada concepción fue anatematizada por San Bernardo como una novedad presuntuosa.”

En el S. XIII una amarga disputa doctrinal causó una lucha entre Dominicanos ('maculados') y Francisanos ('inmaculados'). El asunto no se resolvió totalmente antes del S. XIX cuando el autocrático papa Pío IX apoyó el dogma de la 'inmaculada concepción' como movida inicial en el juego tendiente a declarar la 'infalibilidad papal'.

¡Sólo hasta 1854 el mundo pudo estar seguro de que María había sido 'concebida normalmente pero sin pecado'! Hasta entonces, la 'virginidad perpetua', esa tontería creada por Jerónimo y Atanasio en el S. IV había bastado para conceder suficiente pureza a María.

Ya siendo una diosa, es difícilmente sorprendente que esa sorpresiva ocurrencia de Milagros Marianos, endémicos durante la edad media, ¡Continuaran en nuestros días!. Menos que Dios mismo, pero considerablemente más que humana, bendecida como mujer con infinita 'humildad', era vista como la intercesora a la cual los simples mortales podían apelar en asuntos 'menores'. Ella era, simplemente, la mujer más importante que jamás haya vivido.

El culto se hizo imparable. Mientras la mayoría de los santos tienen un solo día de fiesta asignado, la Santa Madre tiene un día de fiesta cada pocas semanas, y también su propia capilla en cada templo de la Cristiandad.

Eventualmente, hasta la Iglesia Católica ha tenido que frenar a la fantasía galopante de los fieles recordándoles que María debe ser vista como 'completamente dependiente del Hijo'. Con todo, resultó ser demasiado para los Protestantes de la Reforma. En sus manos María fue reducida de nuevo al rol pasivo y obediente que antaño tuviera, como una sombra en algún lugar al fondo.

Definida por su virginidad, alabada por su humidad ilimitada y su sumisión, es la mujer idealizada de los fanáticos misóginos, en sus propias palabras, una 'sierva (esclava) del Señor'.

 

¡Santo OVNI!

María inicia un servicio regular de transporte entre el Cielo y la Tierra

En momentos oportunos la Reina del Cielo se ha dignado en aparecer para ayudar a la hermandad. Empezando en el siglo IV, se le apareció al Papa Liberio con el mensaje de “Las parejas sin hijos deberían dejar su riqueza a la Iglesia”. Y bueno, eso fue de gran ayuda.

En el S. XI en Inglaterra aparentemente transportó a Lady Richeldis de Faverches a Nazaret y después la asistió en la construcción de una copia de la “Casa de Jesús” en Walsingham, que atrajo peregrinos de toda Europa hasta ser cerrada por Enrique VIII

Como “Nuestra Señora de Guadalupe” ayudó a los españoles a conquistar América (no se fijen en la sangre derramada, ¡Miren la hermosa tilma!).

Apariciones modernas siguieron la rutina de Carlos X de Francia, quien intentó restaurar los privilegios de la Iglesia que habían sido eliminados tras la Revolución Francesa. En 1830 comenzó a ser vendida una “Medalla Milagrosa” de María, por millones, a los ingenuos. Respondiendo al creciente racionalismo francés, María se apareció aquí y allá una y otra vez: La Sallette en 1846, Lourdes en 1858, Pontmain en 1871. En el nuevo siglo se mudó a Portugal primero y a Bélgica después.

Créase o no, ella se ha ocupado de Bosnia recientemente (¿Será parte de la misión de paz de la ONU?) donde,

“En términos de conversión de no creyentes, María ha ejercido un impacto mayor que otra aparición en la historia, exceptuando a la Virgen de Guadalupe.”
(Varghese, p66)

El fantasma de una “Santa Madre” ha probado ser una buena fuente de ingresos para la Iglesia de Roma.

Habiendo secuestrado al principio de lo 'sagrado femenino' para la causa del Catolicismo, los agentes papales transformaron a su antojo a la Virgen Bendita en un maleable instrumento al servicio de las políticas Católicas.

“María” fue y sigue siendo la “Palabra” de la jerarquía Católica, una conveniente y adaptable protagonista de las políticas de la Iglesia, libre no solo de las leyes del universo físico sino de las restricciones de las enseñanzas evangélicas.

¡Qué chica!

La Virgen con el Niño, posando para la cámara, 3 de septiembre de 1989 en Karacsond, Hungría

Apareciendo a diario, en Disney World, Florida

 

Copyright © 2007 by Kenneth Humphreys.
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